Recuerdos de la 25ª edición (por Ángel de Miguel)
El 25 aniversario del Torneo Villegas fue muy especial para mí. Coincidía mi última participación como jugador, con el mejor torneo del club creado hasta la fecha.
Cuando nos dijeron que íbamos a jugar en el mismo grupo que el Real Madrid, ninguno nos lo podíamos creer. Para nosotros, unos niños de 10 años, el torneo pasaba a ser más especial si cabe. Aquel torneo se celebró en Lobete cambiando la habitual rutina de aquellos años en los que se jugaba en el colegio Gonzalo de Berceo.
Recuerdo cómo lo primero que hicimos nada más llegar al polideportivo fue buscar a los jugadores de los equipos que venían a participar. Nosotros no los veíamos como lo que en realidad eran, unos niños, para nosotros el hecho de que vistiesen la camiseta del Real Madrid, Sporting o Valencia era otro nivel. Nos hicimos cientos de fotos con todos ellos pensando en que tal vez un día serían alguien en el mundo del futbol. A saber qué pensarían ellos de nosotros.
Real Madrid y Sporting de Gijon se pasearon durante todo el torneo. Solo había que verlos jugar 5 minutos para saber que, si nada raro pasaba, ambos dos llegarían a la final y así fue. Cualquier partido del torneo quedó en evidencia tras ver la final.
El Sporting de Gijon practicaba el fútbol más bonito de todos, hacía correr a sus rivales detrás del balón y cualquiera de los jugadores era igual de bueno que el anterior. El Real Madrid, en cambio, era una máquina de golear, arrasando a todos los rivales hasta la final, con varios jugadores muy por encima del resto. Bajo mi punto de vista el Sporting de Gijon era mucho mejor equipo, pero el fútbol tiene estas cosas, hasta con los más pequeños, y la final se la llevó el Real Madrid.
En lo que a mí respecta, hoy puedo decir que por una vez en la vida quise que el Real Madrid perdiera. Fue en el partido que jugué contra ellos y, aunque nos pasaron por encima durante todo el partido… ¡conseguimos marcarles un gol! Jugar contra ellos y marcar era nuestro sueño. Nosotros, en ese momento, ya habíamos ganado nuestro torneo.
Aquel día defendí con orgullo el escudo y la camiseta del único club que para mí está por encima de todos: el del Club Deportivo Villegas.